2012/02/02

Pintar la vida cotidiana de un super héroe envejecido.















El pintor Andreas Englund dice que el humor puede ser el vehículo para transmitir ideas que de otro modo sería difícil transmitir. El humor libera sus pensamientos y sus ideas de ser pretenciosas, al tiempo que le abre puertas a caminos y ángulos nuevos.


Andreas Englund nació en Falun, Suecia, en 1974. Ahora vive y trabaja en Estocolmo.


Tal vez sea mi manera de verlo, pero el suyo me parece un humor melancólico. Sus escenas son de un realismo que no deja espacio a ninguna vana esperanza, son descorazonadoras, aunque su super héroe vuele por los aires como es debido, o reúna a un grupo de gente en una celebración. Los puntos de vista son contemporáneos, los hemos visto en las películas, los comic, la televisión, y tienen ángulos propios de una cámara de fotos o de cine, más que de una persona. Su pintura, basada en el dibujo, con trabajo preciso de pincel y escasa materia, me recuerda a la pintura de Mark Tansey, otro pintor que introduce el humor en sus cuadros de factura realista y decimonónica, creando un contraste muy atractivo entre lo que dice y cómo lo dice.
Este super héroe envejecido es tan humano como cualquiera de nosotros, podríamos encontrarlo en la cola del supermercado o en la sala de espera del dentista y eso nos hace vernos a nosotros mismos con una objetividad y una compasión muy instructivas.




web de Andreas Englund


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